"Todos tus sueños pueden hacerse realidad si tienes el coraje de perseguirlos" (Walt Disney)

jueves, 22 de marzo de 2012

JUEGO INTERIOR

Hace tiempo me llegó este gran relato de Imanol Ibarrondo, leerlo es un regalo y os invito a disfrutarlo.


Imanol fue futbolista profesional durante 12 años, licenciado en empresariales, Master en Gestión de Entidades Deportivas por la UPV y Coach formado en The Coaches Training Institute, Imanol Ibarrondo es socio fundador y Presidente de INCOADE, instituto de Coaching Deportivo, (www.incoade.com) donde ejerce de coach individual y grupal. Además de formador y ponente en multitud de eventos relacionados con el deporte y el coaching, Imanol es colaborador de Diario Deia así como de programas de radio y televisión.






Juego Interior:  por Imanol Ibarrondo

Jugué en todas las categorías del fútbol; desde Regional hasta 1ª División. Debuté en la máxima categoría con 22 años, saliendo de titular en más de 30 partidos. Digo salir, porque de competir..., poquito. Por supuesto, no conseguí mantenerme en Primera, y eso que yo pensaba que no era malo. Tenía un buen desplazamiento de balón, dominaba el juego aéreo, era contundente y agresivo, aunque también un poco lento y durito de cintura..., en fin, lo normal para un central de hace 15 años.

Durante bastante tiempo pensé que fue una cuestión de mala suerte o que fueron únicamente las circunstancias adversas las que impidieron que jugara más años en Primera (era muy joven, un entrenador inexperto, un club inestable, éramos una banda, Vallecas...), en definitiva, todo tipo de justificaciones y excusas. Lo cierto es que, en ese momento, desconocía todo lo que no sabía.

Con el tiempo entendí que cada uno crea su propia Suerte y que lo que realmente sucedió fue que no estaba preparado porque me faltaban dos de las condiciones básicas para poder competir al máximo nivel.

Primero, ¡no entendía el juego! y, por lo tanto, era incapaz de tomar las decisiones adecuadas en cada momento del partido. Mi arsenal de recursos para dar respuesta inmediata a los cientos de situaciones distintas que aparecen en un partido, con y sin balón, era muy limitado y absolutamente insuficiente. Yo siempre había jugado un fútbol más directo, más previsible y menos elaborado. Tardé años en comprender que el fútbol, tanto en ataque como en defensa, es un juego de engaño y, durante aquella temporada en Primera, casi siempre me tocaba hacer de ratón en lugar de gato.

Todo era demasiado rápido para mí y tenía serias dificultades para interpretar dónde, cuándo o porqué había que hacer una u otra cosa. Por eso, en muchas ocasiones, decidía tarde y mal. En mi opinión, ésta es una carencia que sigue afectando hoy en día a la mayoría de jugadores jóvenes, incluso en Primera División.

Considero que no entender el juego se debe, en gran parte, a que el sistema actual de enseñanza del fútbol en categorías de formación, así como las competiciones de fútbol base, son inadecuados. Los entrenamientos se basan en la instrucción más que en la formación. Se trabaja básicamente la repetición de acciones técnicas, pero no se fomenta debidamente la toma de decisiones, ni la capacidad de percibir, una y otra vez, miles de situaciones diferentes del juego, para conseguir que el jugador piense..., y piense rápido. Se dice que en
fútbol actual prima la velocidad, que hay que formar jugadores rápidos, y estoy de acuerdo con eso, pero no solamente velocidad de movimientos sino, sobre todo, velocidad de pensamiento. El objetivo debiera ser
formar jugadores inteligentes.

Por otro lado, con 22 años, no disponía de la mentalidad necesaria para competir al máximo nivel. En muchos partidos, me costaba mucho "estar puesto" en el campo. Perdía la concentración, no tenía confianza, salía muy tenso o demasiado relajado, me rendía con facilidad ante las situaciones adversas..., en definitiva, mi juego interior era manifiestamente mejorable. También creo que se ha avanzado muy poco en esta cuestión.
Este Juego Interior es un concepto que se puede y se debe trabajar de manera sistematizada en la formación integral del deportista, para dotarle de las herramientas y recursos necesarios que, sin duda, le van a hacer falta para enfrentarse a la competición, así como para superar las presiones, angustias, ansiedades y miedos que se generan en las situaciones de crisis (malos resultados, críticas, lesiones, suplencias, presiones...)

Por supuesto, el umbral mínimo necesario para poder competir en Primera División es disponer de un nivel óptimo de capacidades técnicas, tácticas y físicas pero, para alcanzar el máximo rendimiento, un jugador necesita trabajar el desarrollo de competencias emocionales básicas como pueden ser el autocontrol, la confianza o la motivación que le permitan anticipar respuestas eficaces ante todas las situaciones complicadas propias de la competición que, sin duda, se le van a presentar.

Para todo ello, es necesario plantear una formación integral del futbolista con una revolución de los sistemas y metodologías de entrenamiento, cuyo objetivo fundamental debiera ser la búsqueda de jugadores inteligentes en los ámbitos deportivo y emocional.

Utilizo en este artículo el título del primer libro de uno de los pioneros del Coaching Deportivo, Timothy Gallwey (Juego Interior), para sostener que, más allá de un buen nivel en las condiciones específicas para cada deporte, la cualidad que sin duda ayudará a un jugador a alcanzar un éxito integral y sostenido en su carrera deportiva, está en el desarrollo de su Juego Interior para manejarse adecuadamente a través de la montaña rusa de emociones, sensaciones y presiones que será su carrera profesional... y su vida.






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